POLLO A LA PARRILLA
Pocas cosas mejores que un buen pollito asado a la parrilla. Lo mejor es que no es difícil emular el olor de los grandes puestos callejeros de pollos al carbón. Inténtenlo. En esta receta, la mantequilla preparada estalla los sabores y contribuye grandemente al dorado de la piel. ¿Se han dado cuenta de que muchos lugares de pollo tienen nombres cagadísimos? La Piel Dorada, Chicken Itzá, Gilipollos… Es como si hubiera algo divertido o festivo en comer pollo. En fin, para engrasar el pollo necesitan
Sal de Colima
10 dientes de ajo
Un poco de comino
100 gramos mantequilla ablandada
En un molcajete o un mortero pongan la sal de Colima y el ajo; machaquen hasta obtener una pasta; agreguen el comino, mezclen, y al final la mantequilla. Mezclen a que quede una sola pasta. Ahora tomen
1 pollo entero limpio, abierto en mariposa, con piel (muy importante; recuerden que sin pieles no hay paraíso)
Separen la piel de la carne con la mano cuidando de no arrancarla o romperla. Tomen un poco de mantequilla con las puntas de los dedos y úntenla en la carne del pollo por debajo de la piel. Métanla por todos lados.
Cuando tengan lista su parrilla, muevan los carbones a las orillas de ésta y coloquen el pollo en el centro. Ásenlo durante dos horas. Es importante que no esté a fuego directo. Después de esas dos horas, fundan el resto de la mantequilla para pincelar, si no tienen brocha pueden hacer un atado de hojas de apio, perejil, romero o cilantro. Pincelen el pollo y ásenlo vuelta y vuelta otro ratito. El chiste que la piel se vaya dorando poco a poquito y que el pollo no pierda jugo. Cuando ya estén listos para comer, entonces sí: pásenlo un ratito más al fuego directo, nomás para un golpe de calor y un último dorado.
Para servir tomen
½ cebolla morada en tiras
½ limón amarillo
Mezclen las cebollas con el jugo del limón y listo! Si no se lo llegaran a terminar, que lo dudo, ¿qué tal una torta de pollo con lo que sobró? De cualquier modo, les digo que no les va a sobrar.~