RISOTTO DE ALMEJAS Y PARMESANO

 
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Hay algo reconfortante en hacer risotto. Como debe uno quedarse durante todo el proceso frente a la estufa, moviendo y moviendo, es una labor un tanto hipnótica. Se presta a la meditación. Este risotto se hace en dos grandes pasos. Primero, tomen

  •  40 gramos echalote picado

  • 50 gramos mantequilla

  • 80 gramos almejas limpias en su concha

Pónganlos en una olla pequeña a fuego medio alto; agítenla y tápenla. Manténganla tapada unos 5 minutos. Retírenla del fuego. Destápenla. Desechen las almejas que no se hayan abierto. Reserven lo demás.

El segundo paso es el risotto en sí. Para éste necesitan tener

  •  500 mililitros caldo de pescado

 

Afuego mínimo en una ollita pequeña, a la mano. Entonces, comiencen por calentar 2 cucharadas aceite de oliva extra virgen en una sartén grande, con paredes altas, a fuego medio alto. Agréguenle

  • 40 gramos echalote picado

 

Saltéenlo un par de minutos. Cuando empiece a dorarse, échenle

  • ½ taza arroz Acquerello, que es, para muchos y muchas, el mejor arroz del mundo

 

Saltéenlo también un par de minutos. En este momento, agreguen

  • 50 mililitros vino blanco

Dejen que se evapore el alcohol, sin dejar de mover de preferencia con una cuchara de madera. ¿Recuerdan el caldo de pescado calientito ahí atrás en la estufa? Tomen un cucharón de él (unos 150 mililitros) y agréguenselo al arroz. Bajen el fuego a medio bajo. Sigan moviendo y contemplen cómo suceden dos cosas: el líquido va siendo absorbido por el arroz (y reduciéndose y evaporándose) y el arroz a su vez va soltando su almidón hacia el líquido. Cuando ya casi no quede líquido, agreguen otro cucharón de caldo y repitan la operación, hasta que el arroz esté muy cremoso y al dente. (Muerdan un granito; debe saber a cocido, no a almidón; por dentro debe verse cocido salvo por un puntito “crudo”.) Si se les acaba el caldo antes de este momento, pueden agregar agua tibia.

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Cuando esté listo, agreguen 

  • 50 gramos queso Grana Padano, rallado en el momento

Mezclen bien con la cuchara. Prueben. Sazonen con sal (es probable que necesiten poca sal, pues la reducción de caldo y el queso han servido para dar sazón) y unas vueltas del molino de pimienta. ¿Listo? Agréguenle las almejas que tenían reservadas.

Para servirlo, tengan a la mano de los invitados más queso y aceite de oliva del bueno. Que cada quien le ponga a su gusto.~

 
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Arantxa Osnaya