CALDO DE POLLO
Nadie que se respete, y nadie que no se respete, debería no saber hacer un buen caldito de pollo. Es uno de los conocimientos esenciales de la vida. Primero, precalienten el horno a 200º. Ahora, necesitan
1 pollo, la más noble de las aves, en piezas
1 cucharada aceite de oliva
Tomen una charola para horno y distribuyan las piezas sobre ella, con la piel hacia arriba; mójenlas con el aceite, úntenselo con las manos. Luego, tomen
½ poro
250 gramos apio
2 cebollas
4 zanahorias
2 jitomates
50 gramos jengibre
1 cucharada aceite de oliva
Y córtenlo todo en trozos medianos (salvo el jengibre; ese pélenlo y córtenlo en trozos más pequeños). Échenlos a un tazón mediano y mézclenlos con el aceite. Coloquen todos los vegetales sobre la piel –siempre sobre la piel– del pollo. Métanlo al horno y déjenlo ahí hasta que esté doradito, unos 45 minutos. Cuándo escuchen que empieza a tronar es momento de sacarlo. #ProTip.
Ahora pasen esta mezcla junto con
2 hojas laurel
1 manojito cilantro
1 manojito hojas de apio
a una olla con agua suficiente para cubrirlo holgadamente. Lleven todo a hervor a fuego alto; en cuanto hierva, bajen el fuego a mínimo, y déjenlo ahí 20 minutos.
Cuelen y reserven, usen de inmediato o refrigeren o congelen. Pueden congelar en charolas para hielos y guardar los cubitos aparte; usen dos de ellos para hacer una salsa rápida de sartén. En serio que el caldo de pollo sirve literalmente para todo. (Literalmente=metafóricamente.)